EL CONTEXTO EVOLUTIVO
Cíclicamente la evolución de la vida está sujeta a revisiones. Es como un árbol que a través de los estaciones se desarrolla hasta la cosecha. Después de la cosecha, necesita rejuvenecer. Es el fin cíclico del tiempo presente. Eso es lo que está sucediendo ahora a la Humanidad, la tierra y su entorno cósmico. Corresponde al final del gran ciclo solar (efecto de precesión) de alrededor de 26.000 años. El paso hacia un presente nuevo trae una elevación importante de vibraciones. Empuja a la creación de una organización nueva de la vida. Desencadena una purificación en beneficio de un acercamiento de los diferentes niveles materiales y espirituales de la vida. Se trata pues de una reorientación del sentido profundo de la vida que se llama:
LA GRAN TRANSICIÓN.
Al final de este ciclo, la humanidad está cosechando los frutos de sus progresos en varios ámbitos. Sin embargo, están desigualmente distribuidos y a menudo mal aplicados en una sociedad cada vez más numerosa y compleja. Favorece la necesidad de normas cada vez más específicas basadas en conceptos anticuados, represivos y técnicos restrictivos. Son cada vez más causa de incoherencias, injusticias, exclusiones y reacciones extremas y violentes.
Así nació la necesidad creciente de una participación más directa e interactiva en la organización de los poderes de la vida. Hasta ahora se basaban en el principio de un elitismo (elecciones) democrático. Debilita la estabilidad social por la necesidad creciente de los poderes establecidos de influir y manipular la masa democrática para imponerse con el fin de mantener el control. Sin un reparto equitativo de la responsabilidad (capacidad de responder a las necesidades de la vida) de cada uno según sus medios y su conciencia, la coherencia social se desplomara. Para ello es necesario un cambio fundamental de visión sobre la organización de la sociedad y un programa de despertar de la responsabilidad concreta de cada uno en consecuencia.
La lógica actual de la estructuración elitista (o partidista) de la vida social se vuelve cada vez más exigente, compleja y confusa, por lo tanto cada vez más difícil de manejar. Refleja la evolución analítica de la mentalidad humana. Escéptica con la intuición, funciona principalmente a base de informaciones tangibles y dominantes con tendencia a ignorar todos los demás elementos del conjunto (ni vistos ni conocidos). Se subestima la influencia y acumulación de fuerzas aparentemente menos directamente perceptibles.
Este sistema se refleja en el impacto dominante de una masa mayoritaria que distorsiona la visión sobre el sentido correcto de las relaciones en el conjunto vital. Está cada vez más alejado del sentido de una nueva realidad que surge y cuyo principal puede ser formulado por el nuevo paradigma de las relaciones justas en la vida.
Este sistema, no cuestionado suficientemente, conduce fatalmente a un agotamiento de los recursos de la vida, a una crisis mayor del sobrevivir por el empobrecimiento de su sentido espiritual. La cuestión del sentido de la vida se plantea inevitablemente a medida que los frutos de su árbol se pierden y que la fuerza vital de la asociación coherente de sus elementos entra en crisis por su desintegración.
Afortunadamente, los últimos avances científicos demuestran que todo es parte de un mismo campo de Inteligencia Interactiva en el que solo el 0,001% es nuestra la realidad visible. (Nassim Haramein). ¿Cómo se puede acceder al otro 99.999%? ¿Cómo defender en este contexto la convicción materialista y egótica de muchos como fundamento de su libertad: "pienso lo que quiero y hago lo que quiero"?
Por consiguiente, la humanidad se encuentra ante la necesidad urgente y vital de una profunda reflexión sobre el Espíritu de Verdad de la vida. Es el desafío del primer combate escatológico (último sentido o última palabra) de la Humanidad (Apocalipsis, 19,11-21). Esta reflexión solo puede hacerse en la apertura de la mente a hacer la síntesis con toda la información disponible y perceptible al fin de descubrir el sentido óptimo del potencial de la evolución de la Vida Planetaria.
El hecho de que algunas personas quieran imponer su propia concepción de la evolución de esta vida choca con los principios de una primera síntesis de los datos recogidos que deberían constituir las bases de la coherencia de la nueva unión fraternal de la Humanidad en la era de Acuario:
Aquí las ocho bases constitucionales de la nueva organización de la Humanidad:
1. El Compartir es la naturaleza de la evolución de la vida (nivel material de manifestación)
2. La convivencia es el intercambio adecuada entre el mundo material y espiritual (nivel receptividad sensibilidad)
3. La cooperación es la estructuración inteligente de la vida (nivel integración inteligente)
4. La Comunicación interactiva hace las relaciones de la vida transparente (nivel de conexión universal)
5. La verdad es expresión de creación de unión en la vida (nivel ocurrencia evolución)
6. La vida es experiencia de amor incondicional (nivel asimilación material- espiritual)
7. La sabiduría es expresión incondicional de la conciencia de amor (nivel unión espiritual)
8. La conciencia de unión es la realización del sentido de la vida (nivel creativo de unión divina)
Estos principios constitucionales para la organización correcta de la nueva era superan cualquier espíritu restrictivo de división y exclusión. Los encontramos de una manera muy sencilla, pero muy evocadora en la oración de 8 versos de San Francisco de Asís:
Donde esté el odio, que yo ponga el amor.
Donde está la ofensa, que ponga el perdón.
Donde haya discordia, que ponga la unión.
Donde está el error, que ponga la verdad.
Donde está la duda, que ponga la fe.
Donde está la desesperación, que ponga la esperanza.
Donde están las tinieblas, que ponga la luz.
Donde está la tristeza, que ponga la alegría.
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