"Muchos no saben expresarse correctamente. Aparentemente
han perdido un parte de su sensibilidad para las informaciones que se transmiten
en la profundidad de su corazón del hecho que se dejan dominar por la fuerza
ciega de sus emociones o de la lógica de
los conceptos fijados de su pequeña mentalidad condicionada. Así alimentan la división en su vida y frenan
la responsabilidad individual y colectiva de cada uno lo que nos lleva a evocar
la necesidad de siempre más medidas restrictivas que en realidad confirman estas
incoherencias.”
El nombre de Covid 19 nos hace
reflexionar sobre el sentido de los cambios que están causados por las energías de la Gran Transición que
estamos viviendo en los últimos años. El prefijo co significa “con” o “en
conjunto” y vid, “vida o vid, símbolo sagrado, la planta de la vida del paraíso
y el número 19: número del hijo de Dios (o todos los seres humanos), también
símbolo de la armonía y de la estrella mas brillante de Sirius en Canis Mayor (distancia
19.5
Unidades Astronom.). Esta estrella es conocida como fuente de la aumentación
fuerte actualmente de la energía de
síntesis. Estimula el despertar de los diferentes niveles de la conciencia hacia
su iluminación, abriéndola hacia la unicidad del universo por la cual el sol y
su sistema están actualmente están más directamente alineados.
Desde tiempos remotos,
los sabios tenían un concepto del mundo unido del universo que sabían dotado
por una Inteligencia Universal Coincide. Hace coincidir todos los elementos de
su creación de manera más o menos inteligible. Llamamos nuestra incomprensión
al respecto azar (juego de encuentros). Las religiones la han llamado Dios o Allá u de
otro manera y descrito en dogmas más bien restrictivos adonde su naturaleza es
universal e infinita. Significa que toda manifestación es una expresión de la experiencia
de una fuente de amor con un potencial ilimitada de sabiduría que se recrea
infinitamente
en innombrables niveles. Esta actividad creativa permanente se simboliza por la flor “eternal” de la vida. Es en concreto el lirio (símbolo real
del estado puro y paradisiaco de la conciencia suprema en la unión crística).
Es también une forma variante para representar el Merkabah y la pureza de su
esencia de unión con la energía universal. Es bastante significativo que la
ciencia (Nassim Haramein: el Universo unificado) redescubría recientemente esta
verdad fundamenta y universal que debería corregir las deficiencias de la
relatividad de Einstein y completar el mecanismo cuántico.
Pues, todo es reflejo de cierto
nivel de conciencia de una interactividad inteligente, y, por tanto, puede
también reflejar un cierto grado de conciencia realizada. Estos reflejos son,
por tanto, una voluntad de expresar amor a través un grado de sensibilidad de las creaciones de transmitir informaciones
de Esta Gran Inteligencia y su Genio que los generó. Sus informaciones se
revelan en forma de un grado de belleza, expresión de un acuerdo de armonía con
el conjunto del universo. Es siempre en relación con las condiciones de la
evolución del momento y de los niveles que reflejan. Sin el dinamismo de esta
armonía evolutiva, el universo no existiría.
La belleza es una expresión más
visible de la armonía del amor de la Inteligencia Universal para el mantenimiento
de la unicidad de su creación. Así el amor contiene su mecanismo de
autoprotección que funciona a todos los niveles de la creación. Se refleja en nuestra pequeña persona en los sistemas
inmunológicos inherentes de los diferentes niveles de nuestros cuerpos. Estos sistemas
también existen a escala planetaria y más allá. Cuando hay demasiados
desequilibrios entre uno u otro nivel, por ejemplo entre el dinamismo del amor
de nuestra alma y lo que vivimos, la energía universal desbloquea en el nivel
apropiado de la naturaleza su mecanismo de ajuste por causa del vacío o lagunas
(lago-unas) provocados por las tensiones generadas. Todo lo que no se puede
ajustar según las condiciones del momento desaparece o muere para ser
reciclado. Los virus son un ejemplo de este reajuste de la naturaleza para
remediar las carencias de equilibrio inmunológicos provocadas por nuestro
comportamiento, no en armonía con las condiciones de la evolución planetaria
del momento en el ciclo en curso en el universo. Así que no todos pueden
defenderse correctamente contra los virus.
Detrás de esta evolución de
armonía se esconde, pues, sin duda, el desarrollo de un plan interactivo con todos los niveles del universo. Se esconde
detrás las manifestaciones como el ADN en nuestro cuerpo. Desde el punto de
vista de esta interactividad inteligente o enlace universal se menciona este
plan, como la Gran Invocación, "el diseño
divino". (divina = que brilla de luz, raíz indoeuropea deiwo y deva:
ser de luz). Esta palabra indica que es a la vez al interior y superior a nuestras
dimensiones habituales, es decir, al nivel interior y transcendente de la luz universal
del universo. La luz del sol y en la bóveda celeste nocturna son los reflejos o
puertas a distintos niveles de esta energía de unión.
Nuestra pequeña conciencia
individual, ocupada ante todo por habitudes, conceptos y creencias tradicionales
sobre nuestras necesidades personales, fija como prioridad de la vida la
consecución de nuestros intereses materiales. No es evidente descubrir en este
contexto la clara voluntad de este diseño o plan transcendente. Solo sea
posible en la sensibilidad meditativa y la tranquilidad profunda del espacio
infinito interior de la energía de voluntad
de amor-sabiduría de nuestro corazón. Aquí nuestra mirada se puede abrir a la luz sutil
de las informaciones maravillosas de la Gran Inteligencia del universo que se
reflejan en la esencia misma de cada ser, cada cosa y cada evento. La razón es,
que cuando no juzgamos con nuestro pequeño mental condicionado y pues limitado,
nuestro corazón se abre a la misma esencia incondicional de la energía
universal de unión. Es la esencia misma de la energía del Merkabah, cual sea su
nivel en creación. El amor no es una experiencia de una lógica estricto del mental
puro. Es una experiencia intuitiva y espontanea de supra-sensibilidad de nuestras
emociones. Trasciende nuestras percepciones condicionadas en ausencia de
retenido o de control mental. Abre los
límites de nuestra comprensión al horizonte infinito de la unión de los
diferentes niveles de la Inteligencia Supramental del universo. Así estamos más
directamente relacionados con la armonía de las realidades de la Gran Vida Universal.
En el no juicio, el poder universal de
esta energía de unión se libera como
un diseño de amor-sabiduría incondicional. Vincula nuestro corazón con el
dinamismo luminoso, el alma, de nuestro ser espiritual o Ser Superior.
Este enlace corazón-alma es el camino de la revelación, llamado
Antahkarana (palabra sanscrita que resuena la carena o vehículo anterior a nuestra
encarnación) o puente de energía.
Su forma primaria se representa energéticamente por la esvástica (wass ist
dass o que es esto esencia), o por el movimiento del trísquela (triple
espiral) o de la cruz vasca (lauburu, laboro o acción original). Estas
formas representan la base del movimiento central de cualquier manifestación y el
núcleo de energía de su Merkabah especifico. Es también la energía original del
núcleo de nuestro corazón por la que cada
uno puede abrir su capacidad supramental de leer en la sabiduría de la memoria
de la Inteligencia del universo y también en la de los diferentes niveles que
tocan los diferentes realidades y experiencias de su Ser Superior. Es en este
momento que nuestra mente se abre al significado de sus informaciones. Es a
través de estas informaciones que podemos entender más correctamente los signos
de la voluntad del diseño divino. Por lo tanto, no se trata de un resultado de
una simple emoción o expresión de pensamientos fundados sobre conceptos o
creencias fijados.
Todas nuestras acciones, inspiradas
sea por miedo o por fuerza, que no se muestran de manera transparente y
claramente indispensables para la armonía del conjunto, provocan un malestar en
el corazón humano y dividan la vida. Bloquean
su energía y la correcta comprensión del designio divino. Acumulan
inevitablemente reacciones de resistencia alimentadas por la incomprensión de
un mental individualista y dividido. Sin embargo, estas situaciones pueden
hacernos ver hasta cual punto nos hemos alejado de la energía de amor-sabiduría
incondicional que mantiene el universo. Pero también pueden conducir a
reacciones de pánico, que nos llevan a una mayor incomprensión que se
manifiesta en reacciones extremas, provocando más confusión, desconfianza,
desorden, violencia y destrucción.
Hemos entrado definitivamente en
un ciclo de Transición Mayor, acentuado en gran medida por los desequilibrios e
incoherencias de nuestro comportamiento humano a gran escala. Al lado de
varias profecías, cada vez hay más
advertencias y alarmas al respecto. Nuestra sensibilidad e intuición a este
respecto nos llevó, hace cuarenta años, a abandonar el norte de los Flandes (país del
león, símbolo de la fuerza de justicia y de sabiduría) para llegar a
Francia, el país del gallo (símbolo del despertar por la luz naciente del nuevo
sol) y especialmente al país catalán, país del burro (símbolo de la
humildad y de su misión o cargo de servicio a la metamorfosis de las
injusticias del orden establecido). Hemos escuchado nuestro corazón y todo
dejado atrás, a pesar de la razón común, que no podía comprender abandonar a
una profesión privilegiada y enviada por su importante posición financiera. El
conjunto de los nombres que llevamos y, que se resume como HATMA Franca (alma
franca), parecía revelar una misión. Era de actuar desde la realidad superior
de nuestra alma para desarrollar el despertar de una nueva conciencia y preparar
las técnicas y medidas apropiadas para facilitar esta Gran Transición de la
Humanidad.
Nuestra sensibilidad nos reveló progresivamente
que esta transición pasaría por crisis y, en última instancia, por cambios mayores
y profundos. A menudo, y todavía hoy, muchos no nos entienden, no nos toman en
serio, nos dan la espalda por miedo o nos catalogan como demasiado pesimistas y
negativos. Pero la energía del corazón aumenta la indulgencia hacia la
incomprensión y la necesidad de desarrollar así la compasión que permite la
paciencia que hemos sabido mantener hasta estos días decisivos.
El Covid 19 parece una primera
prueba de reajuste de nuestro mundo procedente del mecanismo de autoprotección
de la naturaleza física, pero alimentado también por otros niveles. Ya muchas
cosas no serán como antes, pero esto irá más allá para afectar a todo lo que
parece ahora evidente como ya hemos anunciado en numerosas ocasiones. Todas las
evidencias o automatismos de nuestras
vidas se cuestionaran. Estamos entrados en un
tiempo de reflexión, de meditación y de reorientación vital sobre la
dirección del sentido de nuestras vidas a tomar (el primer combate
escatológico) visto que otros
acontecimientos, probablemente más fuertes, vinculados más claramente al cambio
cíclico planetario y su entorno, se preparan y nos sorprenderán. Como explica
la ciencia actual, la interactividad del universo y el retorno de la
información permiten que la conciencia se propague y refuerce la sensibilidad
de darse cuenta de sus informaciones. La
oración y la invocación pueden, por tanto, atraer más energías para
facilitar la Transición de la Humanidad.
En este gran desafío de lo que está pasando ahora en torno al Covid 19,
esperamos que sus efectos sean positivos y constructivos. Ya podemos decir que
es la primera vez en la historia de la humanidad que se ve afectada
mundialmente por un acontecimiento que acelera el desarrollo de la conciencia
colectiva en los seres humanos por la
necesidad vital de una unión solidaria. Hay que entender que eso también pide
los esfuerzos y sacrificios de todos quienes trabajan para hacer frente a esta
prueba. La verdad es que el más pequeño esfuerzo de cualquiera persona es
importante. Todos estos servicios hacen comprender la indispensabilidad del
espíritu de solidaridad de todos en esta situación. Solo esto puede consolidar la
realización de nuestro sueño de la Gran
Fraternidad Universal entre los
pueblos más allá de sus diferencias en las creencias, condiciones y expresiones
de la vida.
El paso mundial por el coronavirus
nos hace reflexionar sobre lo que es esencial para nuestro bienestar y lo que
es esencial para realizar de manera más libre, justa y pacifico el sentido de
nuestras vidas. La necesidad de interrumpir un parte de la actividad económica
demuestra claramente que es fruto de un conjunto de conceptos mentales artificiales.
Al final es un sistema autodestructivo. Es cada vez más exigente y requiere una
hiperactividad que agota todos nuestros recursos. Alimenta nuestra dependencia
de tener que consumir cada vez más a pesar de nuestra salud y equilibrio y de
la necesidad de una expresión más libre de nuestro potencial creativo. Suplantan
efectivamente la observación de otras posibilidades capaces para satisfacer las
necesidades de la vida mediante la creación de mayor armonía y justicia. El
hecho de que este sistema haya contribuido a la mejora general del ser humano,
no puede ser una validación para ignorar todos los efectos negativos que se
acumulan para poner en peligro sus beneficios. Tratemos de entender las razones
para transformarlo como un servicio al mejor bien de todos.
Efectivamente. Este sistema, que
se pretende de derecho y respetar valores espirituales, en realidad hace
prevaler intereses materiales individualistas, directos y a corto plazo que
legalizan de manera más o menos directa las desigualdades. A pesar de las
apariencias oficiales de lo contrario, la importancia material y, sobre todo,
financiera prevalecen sobre los valores espirituales esenciales. En nombre de
un concepto de laicismo, se les está
simplemente rechazando en el ámbito de la responsabilidad y de las convicciones
individuales de cada uno. Pero los conceptos materialistas no son terreno
neutro. Se legalizan como normas sagradas intocables y, por lo tanto, en
realidad, contra el principio del espacio neutro de la laicidad. Por lo tanto, es
fuente de profundas injusticias, división y, en última instancia,
autodestrucción en lugar de crear la felicidad nacional bruta para todos, como el
objetivo de Bután.
En otras ocasiones hemos
explicado nuestras investigaciones sobre posibles cambios importantes. No
podemos esperar más. Se ha convertido en un momento urgente para prever en muy
concreto como elaborar el cambio de la expresión de sentido de nuestras vidas
que muchos no quieren ver por miedo de perder sus privilegios que no quieren
compartir con los demás. Muchos consideran que merecen solo su beneficio por
varias razones que olvidan el servicio de los otros. Conviene ahora buscar el
sentido de la dirección que se nos indica el diseño divino para pasar esta Gran
Transición en la parte dos).
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