El Concepto

En el marco de la restauración del propósito del plan divino para el destino de la humanidad se revelaba el proyecto de una marcha progresiva de concreción de la solidaridad entre todos los seres humanos. Alcanzaría finalmente el mundo entero.
Explicaciones del plan se encuentran en el blog Pangeosis (enlace al izquierda).

El escritor, de este blog es Instructor de la ciencia y conciencia de síntesis para la humanidad. Con su compañera de vida están los instructores de este plan como un padre y una madre, que guían a sus hermanos y hermanas de la tierra.

El desafió del plan es juntar las experiencias y visiones de todos, valorizándolas en una gran fuerza de armonización dinámica y solidaria de compasión, perdón y reconciliación, encima de los diferencias de nuestro color, cultura, nación, objetivos y convicciones particulares.
Su propósito es descubrir en la marche como se crea un nuevo orden de valores y de justicia para todos,
que puede liberar el mundo de sus incoherencias de división y de su orden destructivo de relaciones incorrectas con uno mismo, el entorno y los demás. Su resultado será la realización de la Gran Fraternidad Universal.

La Gran Transición de la tierra se acerca

Leer, cargar, comunicar el texto (pdf): La Gran Transición de la Humanidad vista por la nueva ASTRONOMOLOGIA: parte 1
El despertar concreto de la solidaridad mundial es el único medio para poder superar a la crisis mayor en la cual el mundo actual entró. Sin la apertura de nuevos horizontes sobre la organización de la vida planetaria, no habría esperanza de nuestra supervivencia sobre la Tierra a larga plaza.
El salto cuántico es una subida de la vibración de la vida. Pide una armonización entre espíritu y materia en las relaciones de los seres humanos.

sábado, 4 de abril de 2020

La Gran Transición de la Humanidad: El diseño divino y Covid 19: Parte 2:


El sentido de la dirección de la Gran Transición.
Hemos explicado que todo es señal del sentido del desarrollo del diseño divino, no importa que nos parezca positivo o negativo. Así va con el Covid 19. Hemos explicado que se trata de un ajuste de la humanidad a la evolución de este diseño para la humanidad. ¿Pero quién de nosotros, quien de aquellos que son considerados como responsable o aún más, maestro espiritual de la humanidad, conoce en profundidad el sentido de la voluntad de este diseño, ya para sí mismo y además para todos los otros?
Ya hemos mencionado que cada elemento de la manifestación tiene un sistema de resistencias o de inmunidad en función de su nivel de materialización de la conciencia, tanto de sí mismo como del conjunto. Así, cada ser humano depende de un sistema inmunológico material, pero también espiritual. Se desarrolla a partir de una cadena de diferentes experiencias en su entorno específico de sus encarnaciones. Se adapta más o menos a las influencias de las condiciones físicas, emocionales, mentales y espirituales interiores y exteriores según la sensibilidad de su corazón. Cada uno de estos niveles o capas genera una vibración específica. Se reflejan en las distintas capas de nuestra aura o campo electromagnético. Este conjunto forma un cuerpo de luz, el vestido blanco (Apocalipsis) de nuestro unión (Merkabah) con el Todo. La vibración de este conjunto determina el nivel de realización de nuestra conciencia a través una radiación luminosa específica, más y más blanca e intensa según nuestra unión con el Gran Todo. Refleja la intensidad de nuestra relación con el principio dinámico, el alma, de nuestro Ser Spiritual Superior.

Si los distintos cuerpos, que se reflejan en la calidad luminosa del aura, presentan vibraciones demasiado apartadas en algunos o más lugares, por ejemplo colores alterados u oscuros, es la indicación de debilidades o desequilibrios que afectan a la calidad del sistema inmunológico, más o menos en cada nivel. Así, una debilidad emocional provoca debilidades físicas, pero también mentales y espirituales. Todo está relacionado e interactivo. De su armonía depende el grado de tolerancia para poder integrar nuevos elementos, hasta ahora no experimentados. El grado de esta unión harmoniosa determina también como y cuando el potencial del mantenimiento y desarrollo de nuestro equilibrio material y espiritual pueda liberarse. Esto significa que este potencial no está disponible para todos debido a su situación y a sus condiciones materiales y espirituales. Sin embargo, hay que señalar que la fuerza del espíritu puede superar las debilidades del cuerpo según el principio de que las vibraciones superiores superan a las vibraciones inferiores. Es una cuestión de evolución y receptividad espiritual.
Pues, somos como antenas que captan y clasifican informaciones según nuestra sensibilidad sobre una escala de diferentes ondas, más o menos luminosas, que transportan estas informaciones. Por un lado, hay lo que es asimilable o ‘injertable’ como familiar o ‘familiarisable’ a nosotros mismos. Por otro lado, hay lo que es inadaptable a nosotros mismos, y sentido como agresión de intrusos irrespetuosos para nuestros cuerpos, como los virus, bacterias, parásitos y moléculas ajenas. Lo mismo puede decirse de las emociones, pensamientos y realidades espirituales.
El agua es la base de nuestras vidas. Es nuestra substancia básica vital. Nuestro sistema inmunológico está muy relacionado con nuestro sistema linfático y sanguíneo. Las linfas forman un medio acuático que reacciona según nuestra sensibilidad (y pureza de sus aguas) relativa a todas estas informaciones. Lo hace, entre otras cosas, con los glóbulos blancos y con una memoria inmunológica cuya capacidad parece estar relacionada con la calidad de nuestro ADN. Quizás tengamos que hacer preguntas sobre la cualidad de nuestra sensibilidad y el impacto de la calidad de nuestras relaciones. La orientación positiva de nuestra sensibilidad determina la capacidad de nuestros cuerpos-antenas para atraer información bastante positiva y ver las informaciones negativas, que nos llegarías, como lecciones que iluminan la necesidad de cambio. Todo mal significa un aislamiento con la armonía interactiva del conjunto, una falta de acuerdo. Es como la pieza de un puzle que no encuentra su lugar justo.
Con una sensibilidad negativa, nos cortamos de las fuentes de la luz y de la verdad de la vida. En este estado atraeremos la oscuridad de las fuerzas destructivas correspondientes que conducen hacia la construcción de mentiras. Con una sensibilidad positiva, las informaciones son fuente de revelación de verdad. Se muestra naturalmente de sí mismo como un libro abierto. No necesita argumentos para convencer. Esta lo que esta, inalterable. Atrae las fuerzas de la transformación creativa, ya que afecta a la evolución de la armonía de las relaciones en la unión de nuestra esfera planetaria y cósmica de vida. Nuestra comida vital no es solo una cuestión física, sino también una cuestión de calidad de la luz.
Notas:
1. Como ha demostrado Masuru Emoto, la calidad de las ondas vibratorias se refleja en el grado de belleza de la estructuración del agua. Sabemos que nuestro cuerpo contiene casi un 65 % de agua, cantidad que disminuye con la edad. Esto conlleva el riesgo de una disminución vibratoria de nuestro cuerpo físico y, por tanto, de una debilitación de nuestras defensas por falta de corrientes líquidas suficientes  para irrigar correctamente todo el cuerpo. Es evidente que nuestra defensa inmune depende de la pureza de nuestros cuerpos y en primera instancia de sus aguas. Las linfas transportan las vibraciones de nuestras emociones (Vodder/se tardó tiempo en que el drenaje linfático fuera, al menos parcialmente, reconocido). Son investigaciones aprobadas por el médico inmunólogo Jacques Benveniste, investigador en el CNRS ("Memoria del agua", 1988). Es un enfoque importante para situar el campo de cultura y desarrollo del coronavirus que la mayoría de los científicos actuales todavía olvidan o todavía no aceptan en su campo de investigaciones. Con demasiada frecuencia nos quedamos atrás de los hechos que nos ponen en peligro. Así que correremos por detrás de los problemas en lugar de prevenirlos, lo que genera fácilmente miedo e incluso pánico en lugar de confianza y esperanza.
2. El filtrado mental, a menudo inconsciente a base de atracciones, preferencias o reglas estrictas, de nuestra sensibilidad no permite ver toda la información necesaria para prever la evolución de las condiciones de nuestra vida. Por lo tanto, nos sorprenden los imprevistos y no estamos preparados para hacer frente, ya que nos faltan las bases esenciales. Somos como una vieja variedad de cepas en un campo de vid, no preparados para nuevas condiciones climáticas. Aunque tenemos la posibilidad,  nos falta la abertura para absorber los cuidados del dueño que ve los cambios y trata de adaptarnos para que nos mantenga la forma para seguir producir uvas que darán vino aún mejor.
3. Una cosa asombrosa se revela cuando se acerca el fundamento de nuestro cuerpo físico a la energía de la geometría sagrada de nuestro espíritu encarnado. Su elaboración energética de base corresponde a nuestro cuerpo de unión, o Merkabah, que puede representarse, entre otras cosas, como un cuboctaèdre. Cuenta 24 aristas  (8x3= 24; el infinito de las conexiones del triple aspecto (triángulos) del movimiento de la energía universal: esencia espiritual (esprit), principio dinámico (alma) y manifestación (cuerpo); 12 vértices (o vórtices: remolinos; la conciencia de unión de la energía universal que se expresa a través 12 modos de expresión de movimiento circular como los 12 signos celestes zodiacales) y 14 caras (la polarización de los 7 rayos o 7 aspectos de la energía universal por medio de 8 triángulos (8x3=24) que se unen en un acuerdo general a través de 6 acuerdos (o cuadrados 6 x 4= 24) campos de interactividad; un cuadrado es formado por 2 triángulos lo que hace 6x2=12); 14 es también el nombre de la armonía y de la polarización de los 7 cuerpos, rayos o niveles básicos de la manifestación. Nuestro ADN tiene 23 pares de cromosomas y un par "trascendente o etérico". Este último  es formado por el acuerdo del conjunto o la unión de los cromosomas de los 23 pares, lo que equivale a 24. Es luz no directamente  visible, solo mediante el acuerdo del conjunto que se refleja en la globalidad de la salud de una persona. Lo mismo sucede con el acuerdo entre las tres dimensiones de la manifestación. El acuerdo es la cuarta dimensión, pero su aspecto de unión invisible trasciende al mismo tiempo las otras tres de manera etérica.

En una persona sana de cuerpo y mente, su vibración es naturalmente mayor que los intrusos. En este caso, no tienen la suerte de crear grandes desórdenes. De ahí la importancia de la calidad vibratoria de lo que se come (Escala Bovis: vibración de una persona = 10.000-15.000UB y más, virus = 4.000-5.000UB; fruta no fresca 3.000UB).) Cuanto más baja la vibración de nuestro estado de salud general, más requisáremos nuestro sistema inmunológico para enfrentar a intrusos o enemigos y, si es necesario, librar como una batalla de guerra. A partir de ese momento aumenta el riesgo de perderla por agotamiento, o por falta de poder dominar al no poder mantener una vibración bastante alta. Las condiciones vibratorias del medio ambiente pueden desempeñar un papel importante en esta batalla. No se trata solo de una cuestión puramente de reacciones químicas. Se trata del estado general de la persona en relación con la sensibilidad de su corazón para la fuerza superior trascendente del alma de su Realidad Superior. El cuerpo físico no es más que el reflejo de cómo entendemos esta realidad superior para llevarla a la práctica. El gran problema de la ciencia es no tener cuenta  de esta fuerza trascendente.
Curiosamente, la ciencia no parece poder tener en cuenta esta fuerza interactiva trascendente que forma parte de la transmisión de información de cualquier forma de energía. Por eso no puede comprender todas sus sutilezas (plasma, homeopatía...). Su progreso hace olvidar lo esencial y alimenta el orgullo de que todo sería una cuestión de dominio de técnicas, pero el ser humano no es el puro resultado de técnicas o de reacciones químicas. Es el reflejo de estados de alma que no corresponden a ninguna técnica, sino a la ley de relaciones justas según la fuerza de amor recibida en el corazón e integrada en los diferentes cuerpos. Por ello, todas las pretensiones y pruebas de la ciencia nunca son ciertas en absoluto, ya que pueden superarse en cada momento cuando las condiciones cambian (miremos lo que se decía sobre la aspirina y el paracetamol antes y ahora). Además sabemos que cambiamos la naturaleza de un objeto por nuestros investigaciones.

Esta estrecha visión de la ciencia hace entender por qué las medicinas nuevas, más simples o naturales y hay veces muy ancianas, son rechazadas sin pruebas. Por el contrario, podemos saturar nuestro medio ambiente con los 5G para nuestros móviles sin tener un conocimiento serio de su impacto vibratorio en el ser humano o se impone los contadores Linky negando sus efectos adversos.
El ignorar el aspecto transcendente de la energía es en realidad una actitud anticientífica pero devuelta por grandes intereses financieros, ocultados detrás del lema de los beneficios del progreso.

En nombre de un objetivo concreto, todo es justificable, sobre todo cuando se trata de intereses "financieros". El Covid 19 se situaba primero en China en Wuhan, ciudad de demonstración oficial de cubertura 5G (Dr. Thomas Cowan). El 5G no es la causa del virus. Pero, sabemos que las ondas electromagnéticas influyen en la sensibilidad del cuerpo humano, cuyo sistema inmunológico depende de él. La fijación del progreso político, social, económico, profesional, científico y sanitario se reduce a técnicas y dinero que pretenden resolver y dominar todo. Sin embargo, cada día se demuestra que el control del equilibrio de la vida nos escapa, costa cada día más, provoca cada vez nuevos problemas, más división y más disgusto en el orden social. Se crea un clima cada vez más pesada. Necesita cada vez más normas que ahogan el libre albedrío y el sentido de responsabilidad de cada uno. Su desarrollo requiere más compromiso, es más complicado y sin un rendimiento económico directo.

Sin embargo, la sucesión de las crisis actuales empiezan despertar la conciencia de algo esencial que hemos olvidado: la necesidad de unión y solidaridad, puesta en peligro por el sistema individualista que predomina en el mundo. Por la fuerza de la urgencia, la memoria nos recuerda que somos seres sociales y que nuestro destino está vinculado entre nosotros. Por lo tanto, nos veíamos obligados en esta situación de crisis excepcional a aceptar una forma desagradable para conseguirlo: el confinamiento (del latín con-finia: con límites o finalidades comunes) por lo tanto reducción de espacio o encierro. Es el colmo que nuestro mundo individualista, para sobrevivir debe imponer lo contrario: encierro para permitir una forma de adaptación mutua o armonización que restablezca el acuerdo de nuestra unión perdido con la vida. Así a través nuestra separación individualista descubrimos que el sentido del diseño de la vida en esta planeta es “unión solidaria de una fraternidad mundial” más allá de todas las diferencias imaginables. Este pide armonía.
Ø  Ser en armonía pide continuamente armonizarse. Es la primera llave para la paz mundial. Armonizar es crear relaciones correctas con la vida. Es hacer todo "para y por amor” y no luchar "contra" por odio (oración de San Francisco de Asís). El “para” une, el "contra" divide. “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama” (lo esencial del estado de unión crística del alma; Mateo 12:30 y Lucas  11:23)
La armonía (en todos nuestros cuerpos) es la expresión de la energía del amor de nuestro  corazón: es la esencia de su función: dinamizar la armonía en todos nuestros cuerpos. Es lo que nos da la paz. Es la base de una buena salud de cuerpo y espíritu la que mantiene nuestra visión bastante abierta, clara y holística o amplia sobre el conjunto del sentido de las manifestaciones de la vida. Es también la base de relaciones más correctas con uno mismo, con el otro y con el medio ambiente, garantía del buen funcionamiento de una sociedad.
Parece demasiado simplista y abstracto. Sin embargo, la historia demuestra que es inevitable. Si una sociedad no se armoniza voluntariamente, se ve obligada a hacerlo por acumulación de las fuerzas reprimidas. Cómo era difícil, pero inevitable para las clases superiores y privilegiadas de la sociedad aceptar la democratización de la vida a causa de la revolución francesa o de las guerras mundiales. Efectivamente, todo el mundo tiende a hablar y a convencer su punto de vista únicamente a partir de la situación que vive y trabaja y, por tanto, de la que come su pan. Por lo tanto, tenemos todos la tendencia a fijar nuestra posición como más importante y tener pues el derecho imponer nuestra visión como más valiente a la del otro  y pues como única solución, verdad y razón válida.
Tenemos que interpretar las crisis actuales como fenómenos que volvían posibles gracias a los cambios de las condiciones del tiempo que han acumulado muchas frustraciones., independientemente de sus origines. Reflejan el espíritu de división y exclusión, que gobierna a la humanidad. Mucha gente parece aún no capaz de hacer frente a las señales del plan divino de que el mundo cambia de vibración con o contra su voluntad hacia una mayor unidad. El no armonizarse con estos cambios es vuelto una cuestión de sobrevivir. Las crisis reflejan un estado de espíritu de guerra de eliminación económica-técnica, inadaptado a las necesidades esenciales de la evolución humana. En verdad, excluye el potencial de los ancianos y de personas que pueden aportar juventud y sabiduría en beneficio de todos. Las crisis están el resultado de la fijación de un sueño demasiado limitado y finalmente irrealista porque no conforme a la energía del corazón de la mayoría de los seres humanos.
Una guerra siempre oculta la verdad de las verdaderas causas detrás de informaciones contradictorias. Inevitablemente, esto despierta sospechas y la idea de conspiraciones. Sin duda, esto existe como el espionaje durante la guerra. Sin embargo, dado el individualismo y la división de intereses para dominar, no creemos que se trate de una organización sistemática, aunque algunas personas sin duda intentan agrupar sus intereses para hacerlos valer a toda costa. Por lo tanto, creemos que existen fuertes tendencias de grupos manipuladoras, a menudo incoherentes e incongruentes, que intentan agruparse para defender e imponer el crecimiento de intereses de naturaleza diferente. En este sentido, existe en todos los niveles de la vida, tanto materiales como espirituales. A veces es una forma de defensa, a veces de agresividad para hacer valer la importancia de la visión estrecha de  personas egocéntricas. Es la actitud de todo ser humano que todavía no ha integrado suficientemente la luz espiritual de su corazón.
Toda manifestación es al mismo tiempo vibración, más o menos luminosa y tiene cierta longitud de ondas. Así, nuestra oscuridad o inconsciencia es fuente de vibraciones bajas, debilidades, falta de resistencias y conflictos en frente agresiones e imprevistos, por fin todo lo que es extraño a lo que queremos y que estamos acostumbrados a vivir. En cambio, la conciencia es refleja de la luz y de vibración más alta. Es una fuente de apertura, adaptabilidad, salud, equilibrio, paz y compasión. Pero también pide coherencia, transparencia y verdad. Permite ajustar nuestras relaciones más allá de nuestras fijaciones y divisiones. De hecho, cuanto más aumenta nuestra frecuencia, más nos acercamos a la fusión de nuestros distintos cuerpos que nos hacen trascender en la armonía de las relaciones de nuestro cuerpo de unión (es científicamente el principio de la aceleración de las partículas) y los distintos cuerpos de unión de la creación. La luz de la unión trasciende los desequilibrios de la obscuridad. “La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella” (Juan 1:5) Es la experiencia iniciática que la humanidad está experimentando como primer combate de su destino en su historia  (escatológico, libro de l’Apocalipsis) y esto en su alcance colectivo mundial.
A medida que la luz trascendente se integra en nuestros diferentes cuerpos, nuestro nivel de conciencia aumenta y se extiende con su luz correspondiente. Volvemos radiantes como vestidos de blanco. Esta radiación depende de la longitud de onda de nuestros cuerpos según nuestra conexión con los diferentes niveles del mundo espiritual de unión.  Al abrirnos, atraemos la energía de estas realidades superiores que genera la iluminación de nuestra conciencia correspondiente. Supone una buena alimentación e higiene de vida, de un comportamiento equilibrado y relajado, de pensamientos positivos y de una actitud creativa que proporciona el fondo material de un buen sistema inmunológico. Por ello, el sabio sabe prever y dispone de medios naturales y seguros que el espíritu demasiado escéptico, a menudo demasiado interesado, oculto bajo sus banderas políticas, sanitarias, científica u otras y pretende poder descuidarlos al ignorar sus vibraciones. De lo contrario, la mala alimentación y la mala higiene de la vida, el estrés, el miedo y las actitudes y pensamientos negativos, sin preocuparse por remediarlos, el sistema inmunológico se encuentra demasiado débil para defenderse.
El espíritu estricto y escéptico que desvía sistemáticamente lo que no controla en el marco de sus convicciones es causa de confusiones, inseguridad, desconfianza, rebeldía y por último de toda clase de reacciones de incoherencia provocadas por una guerra de informaciones de todo horizonte. Perturban la verdad. La falta actualmente de mascarillas protectoras contra el Covid 19nos parece un síndrome por excelencia de la falta de verdad. Esta situación crea una atmósfera difícilmente controlable. Finalmente, la esperanza nasce que estimula la capacidad de responsabilidad de cada uno por necesidad. Las controversias, como ellas relativas al dióxido de cloro (Jim Humble y Andreas Kalcker) o ahora a la cloroquinina (Eric Raoult), ilustran bien este espíritu estricto y escéptico belicoso. Otro ejemplo es la quercitina (en cebolla, ajo), una sustancia de defensa natural (Dr. Vogel, Dr. Michel Chrétie). Es bueno que la comunidad científica esté buscando pruebas, pero no que se bloquee cosas que los escapan por su forma estrecha de ver el sentido de la vida. La ciencia no puede sino ser un aspecto material de una verdad y una realidad más amplia.
Lo que está en el pequeño está en el grande. Así, el buen funcionamiento de la humanidad se asemeja al ser humano individual y viceversa a sus entidades colectivas. El grado de armonía y de unión entre sus distintos miembros individuales y colectivos determina sus posibilidades de hacer frente a los ajustes necesarios para su evolución.
La primera lección fundamental que hay que aprender sobre todo después de una pandemia como esta es: ¿cuál es la causa de una falta de inmunidad en la humanidad? Las causas se encuentran en la forma de expresar el sentido de nuestras vidas comenzando con nuestra comida, a menudo demasiado artificial y química, y en algunas partes del mundo todavía salubre e inadecuado. Pues, hay la question de la salud emocional, mental y espiritual que estan intensamente relacionadas a la manera de relacionarsnos y de comunicarnos.
Luego, el desastre económico que está provocando el Covid 19 pone de manifiesto los problemas de desequilibrio del desenfrenado sistema de producción y consumo a todo precio, basado en la dominancia de valores financieros cada vez más virtuales o ficticios. Este sistema artificialmente inflado para poder mantenerse, demuestra su gran fragilidad por la falta de control de los recursos que se agotan, su dependencia de una producción a menudo demasiado concentrada y cada vez más costosa porque cada vez más técnica. Después, debido a los costes, muchos productos se han repartido mal, además, sobre todo en caso de escasez, dependiente del precio del más alto, al que gran parte de la humanidad no tiene acceso por falta de medios. Esta situación se ve agravada por los desequilibrios e injusticias provocados por la sobre-populación y sus concentraciones. Además, todo eso se basa en un concepto de trabajo restrictivo, a menudo inadaptado a las necesidades reales del equilibrio de la salud material y espiritual del ser humano.
Por último, hay muchos otros factores que hay que poner en tela de juicio. Sin embargo, todo ello hace que aumente una situación de desconfianza y descontento mundial sobre el sentido de la orientación que la humanidad está obligada de seguir aunque una gran parte no recibe su parte. Este desequilibrio es la contrapartida que se aleja del crecimiento económico, que se parece cada vez más a una guerra abierta.
Esta atmósfera de estrés y angustia debería pujar incitar poner las preguntas esenciales. Amenaza como una atmósfera pesada e inestable de agitación que todos captan, ahora como une nube de contaminación o hay veces como nubes de polución y a veces como amenazas conflictivas. Estas ondas da baja vibración pasan como el Covid 19 de uno a otro, aparentemente sin poder controlarlo, como los medios de nuestras comunicaciones. El confinamiento actual parece un llamado para que sintamos todas estas incoherencias a fin de dar un paso atrás que la vida, tan cargado de ocupaciones apremiantes, no permite. Afortunadamente, cada día hay más personas que empiezan a darse cuenta de que un cambio profundo en nuestra forma de vida no solo es necesario, sino sobre todo urgente. El mundo es en una Transición Mayor hacia un nuevo orden más justo. Todo lo que está sucediendo despierta la fuerza de una esperanza que lleva la humanidad al despertar de una nueva visión más veraz y autentica  
Todo esto muestra el gran desafío actual de la humanidad: ¿Cuál es la cuestión esencial que se plantea con urgencia? "LA HUMANIDAD DEBE PASAR DE UNA VISIÓN INDIVIDUALISTA A UNA VISIÓN HOLÍSTICA DE RELACIONES ARMONIOSAS individuales y colectivas. En la parte 3 veremos que es necesario para conseguirlo y aplicarlo en la práctica.

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