El Merkabah es un vehículo de unión que permite comunicar con las otras manifestaciones y realidades de la creación.
Se le conoce como un atributo del ser humano cuya conciencia y experiencia de su naturaleza divina se ha despertada. Pero el Merkabah humano se inscribe en el Merkabah de la Tierra que tiene una relación con la conciencia de la humanidad como entidad. Luego, el forma parte del Merkabah del sistema solar y por fin de nuestra galaxia o universo local, correspondiente a
entidades superiores, para seguir hasta alcanzar las realidades últimas del Espíritu Uno de la creación. El Merkabah permite hacer la transferencia
hacia las otras realidades de la creación según el nivel de conciencia de unión
alcanzado.
La forma básica, de
todo Merkabah es la flor de la vida. Representa el universo central con sus 7
centros, formando el interior de un superuniverso. Es el doble del conjunto de
6 superuniversos que lo rodean. Estos últimos son formados por los 12 círculos
que les rodean, cada uno por la unión con su contrario. Representan los 12
signos del zodíaco que forman 6 pares opuestos y las 12 etapas iniciáticas o
niveles de conciencia que fusionan finalmente en el omniconscience divino
central. La flor de la vida pone de manifiesto que todo se interconecta y forma
a una unión indisociable.
La flor de la vida es la matriz arquetípica de la creación.
Representa, a través de sus círculos y los pétalos que forman, las redes
interiores y exteriores que interconectan las distintas realidades o reinos de
conciencia del Principio Inteligente Universal de la creación, llamado
Dios. Toda manifestación se injerta al
respecto en forma de un arco en cielo de luz que une todo nivel de inteligencia
de Este Espíritu y su materialización.
La luz de esta matriz siempre se concentra y se canaliza a
base de una forma geométrica básica, conocida como el tetraedro. Funcionan como
vínculos universales con toda la creación, el uno (femenino) como triángulo de
recepción y gestación y el otro (masculino)
como triángulo de emisión y elevación. Según la evolución y la complejidad de
la conciencia que el Merkabah expresa, el tetraedro se convierte en dodecaedro
o icosaedro con movimientos más o menos complejos, como los corrientes del sol,
que forman finalmente un vehículo de transferencia a esfera luminosa. Así se
puede finalmente presentar lo como una rejilla cristalina.
El Merkabah del universo local se extiende a través del plan
casi horizontal galáctico desde la Constelación del Escorpión (Antares-principio de recepción)
hacia la Constelación de Tauro(Pléyades- principio de elevación). El centro de su corazón es
formado por la Osa Menor y Mayor.
El
Merkabah cósmico funciona para nuestra tierra y el sistema solar como un compás
que canaliza los cambios de las energías cósmicas de la flor de la vida según
la era astrológica. El compás parece progresar a veces en el sentido de las
agujas de un reloj, a veces en el sentido contrario, según el tiempo ascendente
(Leo-Piscis) o descendiendo (Acuario-Virgen) del ciclo pléiadien del sol. Es el
efecto de la inversión cíclico del eje
de inclinación de la tierra por balanceo excesivo en informe del Merkabah del
universo local. Por turno hay una fuerza dominante de una de las 4 dimensiones
de la manifestación, representados por los 4 elementos: tierra, agua, aire y de
fuego (que tienen cada uno su color).
En la era de Piscis encontrábamos como energía dominante el
idealismo puro (virgen) que se encontraba en conflicto con el mundo físico y
emocional de la masa de la gente. Esto condujo hacia el caos actual provocando un
cambio radical. El elemento dominante era el agua y la naturaleza emocional.
En la era de acuario, la energía dominante es la magia de
unión mental o la solidaridad fraternal, gracias al progreso de la ciencia
concreta que reconocerá el equilibrio (libra) entre espíritu y materia. Eso
conducirá a la paz duradera de un orden nuevo en una tierra nueva bajo un cielo
nuevo con su luz solar más claro (blanco) y su aire azul más transparente a la profundidad de la verdad cuyas
premisas vivimos en estos últimas semanas. El elemento dominante es el aire y la
actividad mental que se abre al supramental del mundo espiritual y divino.
El centro del Merkabah de la tierra, como conocido
tradicionalmente hasta ahora, se encontraría en Gizeh. En efecto es el centro
desde la era de Leo y la desaparición de Atlántida. Se encuentra en el centro
de 12 círculos exteriores que representan el zodiaco. La energía de la era en
curso es transmitida por la energía solar que entra por el vórtice norte-sur
para interferir a distintos niveles horizontales hasta el nivel de Ecuador
(igualador). El vórtice de la tierra es actualmente inclinado de 23°27' al
nivel horizontal del Merkabah de la galaxia cuyo el eje del Kundalini se
extiende entre las Constelaciones del Escorpio (Antares) y Tauro (Pléyades) como ya indicado.
Cíclicamente, todos los 12500 a 13000 años, respectivamente alrededor
el principio de las eras de Acuario y Leo, habría pues un balanceo excesivo del
eje de la tierra debido a un máximo de tensión y torsión entre el Merkabah de
la tierra y el del zodiaco galáctico que controla nuestro universo local. El
balanceo, el tercer movimiento de nuestra tierra, sufriría entonces un efecto
reforzado provocando un salto de inversión relativo del eje terrestre gracias a una disminución temporal del
magnetismo terrestre, causada por esta tensión y torsión entre el Merkabah
terrestre y celestial. Con todo, eso no significaría una inversión de los polos
magnéticos sino permitiría cíclicamente una inversión más o menos importante de
la inclinación del eje de la rotación de la tierra sin cambio de su polaridad.
Tal adaptación fue la causa muy probablemente de la desaparición en golpes fuertes
de Atlántida sobre un período relativamente corto, extendido probablemente en
torno a la era del Leo. Esta adaptación tiene probablemente que ver con la
posición y relación del sol y Sirio y los planetas en su entorno galáctico y el
centro de la galaxia.
Nota: los egipcios conocían este tercer movimiento como
fuentes históricas mencionan. Se lo encuentra también en algunos escritos de
los amos de la sabiduría (Blavatsky). Cuando la ciencia estudiará la conexión
de los fenómenos físicos con los fenómenos espirituales, muchos misterios de la
vida se aclararán y hará más progresos en poco tiempo.
Las energías de Acuario y Leo se oponen y son complementarias.
Las energías de Acuario surgen actualmente provocando una crisis de caos creciente
por cause de la generalización de una conciencia individualista. Su nueva energía
carga el éter exterior o las atmosferas de la tierra para confirmar el progreso
de la conciencia humana que creció durante el ciclo de las 6 eras pasados o 12-13.000
años (Leo-Piscis). Es un cambio del exterior hacia el interior que se impone.
Esto es un proceso sobre todo mental y espiritual.
En la época del principio de la era del Leo era más bien
opuesto. Había necesitad de un cambio del interior hacia el exterior. Era un
proceso más bien físico causado por las energías de Leo que pujen a la manifestación
de la conciencia de sí mismo. La civilización de Atlántida se basaba en una
conciencia iniciática y monolítica muy jerarquizada por medio de castas cerradas. Frenaban
finalmente la evolución de la conciencia individual y la de la masa tomando
formas excesivas. Estas energías destruyeron todas las condiciones exteriores de
vida de una civilización entera con su extensa superficie insular con el fuego
del interior de la tierra. Solas sus colonias sobrevivieron como bases de sabiduría
de un nuevo ciclo de civilización.
Las transiciones de los dos períodos parecen pues bien
diferentes. Aunque ambos tengan efectos físicos, la transición de la era de Leo
viene de abajo para poder expresar el cambio la consciencia individual en condiciones exteriores
diferentes. Mientras la transición de la
era de Acuario viene con los aires celestes de arriba para entrar hasta en la
materia para confirmar el progreso espiritual interior del individuo en el
conjunto de los progresos de la humanidad. Hay entonces más necesidad de cambios
de las capacidades humanas y del entorno atmosférico de la tierra que de sus
aspectos físicos para poder confirmar esta nueva relación del individuo con el
conjunto que lo rodea.
Parece pues deber poner en cortocircuito aún más las capas
sutiles de la tierra que su capa física para estabilizar finalmente su fuego
interior subiendo. Esto parece deber
conducir a un cambio en el ambiente (astral) celestial de la tierra
(luna-sol-planetas) mediante una clase de black-out que permite la entrada de
una energía más pura, cerrando la puerta del mal del individualismo egocéntrico
y separatista. Como nuestro estudio muestra, los cambios de la transición
actual podrían causar un cambio del eje de la tierra de 162° en dirección este-sur-
oeste. El sur actual se dirigiría entonces hacia el norte actual para pararse
en un balanceo de inclinación en torno a 16°. (15-17°).
Podemos concluir constatando que la tierra se somete a 4
dimensiones de movimientos que parece la regla para toda manifestación:
-El
primer movimiento es la dimensión del espacio físico de la variación de las estaciones
terrestres según la inclinación de la tierra sobre su eclíptica, controlado
directamente por las relaciones luna-tierra y a más largo plazo entre Venus y la Tierra.
–El segundo
movimiento de la tierra es la dimensión temporal o transitoria cíclica de la
precesión, efecto del movimiento cíclico de 25800 años del sol relativo al cono
fotónico en su curso en torno a las Pléyades.
-El
tercer movimiento es el ajuste cíclico de la evolución de la tierra con la
evolución de las fuerzas cósmicas. Parece presentarse cada medio-ciclo pléyadiano
por un fuerte cambio de la inclinación del eje de la rotación de tierra que se
acerca de una inversión. Parece controlado por la relación
Sol-sistema Sitio y el centro (agujero negro) del universo local.
-El cuarto
movimiento es el movimiento de balanceo, más o menos importante de la tierra,
para ponerse de acuerdo con el conjunto
de las fuerzas cambiantes que tienen una influencia sobre su evolución. Sería
controlado por el Merkabah del universo local y especialmente su corazón ( Osa Menor
y Mayor).
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